El ponente hizo una distinción entre la religión del islam (que debe escribirse con minúscula), la civilización del Islam (con mayúsculas) y las sociedades musulmanas
contemporáneas. Las tres coinciden en la ética de liberación de los pueblos. “La cultura del Islam fue la civilización de guardia en la conservación de las artes, las letras y las ciencias entre los siglos VIII y XV”, aseveró.
También rechazó el estereotipo de la conquista islámica, que ha sido muy perniciosa para la percepción del Islam a lo largo de la Historia: “el mito fundacional establece que el cristianismo se expande por medio de los viajes de los apóstoles; el judaísmo, por medio de la diáspora; y el Islam, por la fuerza de las armas. Pero la realidad es que las tres se expandieron por igual, sobre la base de la aceptación generalizada en base a unas lecturas”.
Por su parte, el padre Juan Buades Fuster, licenciado en Derecho y Teología, destinado en el Servicio Jesuita a Migrantes, ha explicado la experiencia de la familia
abrahámica durante su vida pastoral y social.
El padre Buades ha comenzado su ponencia citando las palabras del apóstol san Pablo en su carta a los gálatas, con las que distingue la filiación carnal y espiritual de Abraham: “Hijos de Abraham son los que viven de la fe”.
Para el ponente, existe un segundo sentido a la familiaridad abrahámica, en la medida en que las tres religiones, Islam, judaísmo y cristianismo comparten las mismas referencias, más o menos amplias, en los textos sagrados.
El tercer ponente de la sesión fue el venerable Kutsab Jamyang Dorje, maestro espiritual y regente de la comunidad religiosa Sakya Tashi Ling. El ponente confesó
sentirse “privilegiado” al haber sido invitado a este foro y señaló que “estoy convencido de la importancia del diálogo entre las religiones, y la Fundación FICRT
ha mostrado un encaje muy innovador y disruptivo con esta aproximación al diálogo interreligioso”.
Kutsab Jamyang Dorje explicó su trayectoria personal y su conversión al budismo, a los 14 años de edad, a pesar de lo cual no ha renegado de los principios y valores del cristianismo, que conoció durante sus primeros 14 años, y que son universales”. El ponente señaló que, la desdicha y las contrariedades de la vida son comunes a todos, más allá de los hábitos y costumbres particulares: “la sociedad está cambiando, el acceso a las fuentes de espiritualidad requiere de adaptaciones, con una acción, un espacio y un lenguaje comunes, para no repetir los lamentables episodios de la Historia a los que nos han conducido la tozudez y estupidez humanas”. Según Dorje, “la renuncia y el compromiso de paz, de respeto, de valores que conocemos e integramos, requiere también de una transformación social, que pasa también por una transformación individual, que es responsabilidad de cada uno”.
Tercera sesión
La sesión de tarde continuó con un nuevo panel que puso de relieve el diálogo interreligioso y la convivencia en distintos países, como Argentina, Marruecos o
Indonesia. Moderado por la profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Murcia, Pilar Garrido, la sesión comenzaba con la doctora Susana Brauner, profesora de la Universidad Nacional de Tres de Febrero de Argentina, que habló del diálogo interreligioso en Argentina como modelo de convivencia. La profesora hizo un recorrido histórico desde finales del siglo XIX a la actualidad y la situación de los católicos, judíos y musulmanes, en el que destacó el descenso de los católicos, entre 1960, con un 90%, y el 2014; la gran visibilidad de los judíos en distintos ámbitos sociales en los años 60; y de los musulmanes, a partir de los años 80 y 90.
Respecto a los inicios de los diálogos judíos-cristianos, afirmó que se dieron antes del Concilio Vaticano II y que se potenciaron en los 60, siendo sus actores las personas más progresistas de ambas confesiones: curas, pastores y rabinos que se opusieron a la violación de los derechos en la Dictadura. También afirmó que fue a partir de los atentados de 1992 y 1994 cuando se formalizaron los diálogos religiosos.