Apelan a una ética general que propicie el diálogo entre personas, pueblos, creencias y culturas

El I Foro organizado por la FICRT concluye con el Manifiesto de Córdoba

Córdoba, 17 de mayo de 2022.- El I Foro de Córdoba “Del Diálogo islamo-cristiano a la familia abrahámica”, organizado por la Fundación FICRT en Casa Árabe, con la colaboración de Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense y la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba, culminaba con la presentación del Manifiesto de Córdoba, en el que se aboga por la “vida, la paz, la justicia y la fraternidad”. El manifiesto fue leído en árabe, inglés y español por los ponentes Nedal Alteneiji, Rafael Vázquez (Conferencia Episcopal de Sevilla) y Susana Brauner durante el acto de clausura presidido por Jumaa Alkaabi.

En este encuentro, en el que han participado representantes de distintas confesiones, se ha defendido el diálogo interreligioso, el pluralismo, la necesidad de respetar al otro y la convivencia entre todos. De hecho, esta declaración, que consta de cinco puntos, apela a una ética general para fomentar del diálogo entre personas, pueblos, creencias y culturas. Para Jumaa AlKaabi, presidente de la Fundación, este manifiesto servirá como hoja de ruta para fomentar el diálogo entre las religiones, no solo las pertenecientes a la llamada familia abrahámica, sino entre las diferentes confesiones, ya que el objetivo es promover “la convivencia pacífica, la fraternidad y el respeto del otro”.

AlKaabi, que se mostró muy satisfecho con este encuentro que retoma los celebrados en los años 70 en la capital cordobesa, afirmó que la Fundación que preside trabajará en esta línea y que seguirán organizando este tipo de foros en el que se expresen las distintas experiencias y se ponga en común todo aquello que une a las religiones. El llamado Manifiesto de Córdoba hace un llamamiento a la responsabilidad personal y colectiva a favor de la vida, la paz y la justicia desde un renovado compromiso con la dignidad de toda persona humana y desde el cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos. Esta defensa de la paz implica la necesidad de resolver los conflictos mediante un nuevo orden internacional con leyes justas, que sean acatadas por todas las naciones, según recoge uno de sus puntos. También refleja la coincidencia de las religiones en cuanto al compromiso en pro de la fraternidad, por lo que abogan para que manden un mensaje a sus fieles de paz y justicia social.

En este I Foro de Córdoba, cuyo coordinador técnico es el profesor Mohammed Dahiri, han participado ponentes de distintos países del mundo, pertenecientes a distintas universidades e instituciones y miembros de distintas religiones, no solo pertenecientes a la llamada familia abrahámica sino a otras confesiones. Antes de la presentación del Manifiesto se celebró la cuarta y última sesión del Foro, en la que Mª Ángeles Gallego, científica titular del Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo del CSIC, abordó las interacciones entre judíos y musulmanes en Al-Andalus. La doctora recordó que, en 2016, un grupo de intelectuales judíos sefardíes publicaron un manifiesto y crearon una organización destinada a promover la igualdad entre los judíos procedentes de Oriente Medio y de Centroeuropa, ya que estos últimos suelen copar los principales puestos en la administración y el Gobierno de Israel.

El objetivo es luchar por una nueva Edad de Oro, un concepto que ya está presente en la historia de la comunidad judía. Esta Edad de Oro tiene un doble significado: por un lado, se define así a la vida judía en Al-Andalus; por otro, desde un punto de vista más académico, se refiere al periodo de entre los siglos X y XII, de apogeo social y cultural de los judíos en Al-Andalus, especialmente en lo que se refiere a la poesía hebrea.

En segundo lugar, intervino el doctor Ahmad H. Anwar, profesor de la Facultad de Letras de la Universidad de Port Said (Egipto). En su ponencia, Anwar advirtió sobre algunos peligros que puede traer consigo la globalización para la Humanidad: “el hombre puede acabar por convertirse en una máquina de producción y consumo, en robots dirigidos en un mundo dirigido. ¿Dónde están los valores morales, religiosos, éticos, artísticos…? Se crea una cultura universal única, unificada, que se impone y que conduce a la aparición de algo tan peligroso como el despertar del tribalismo, basado en la religión y la etnia. Su intención puede ser buena, pero puede acabar recurriendo a la violencia para imponer sus opiniones”.

También se refirió a algunos hitos de la historia reciente de la fraternidad y el diálogo interreligioso, como la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana, en febrero de 2019 por el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azahar, “que es el motor espiritual de esta Fundación”, y la creación de la Casa de la Familia Egipcia, en un entorno social muy complicado como es el que había en el año 2011. La sesión se cerró con Christian Giordano, doctor en Teología por la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos), en representación de la iglesia evangélica. “El diálogo interreligioso es complicado, porque previamente hay que definir qué es una religión y qué es una secta, quién representa a quién. Además, no se puede hablar con todo el mundo al mismo tiempo, aunque deberíamos esforzarnos por lograrlo”, señala.

También subrayó la necesidad de no circunscribir este diálogo a la gente de fe, sino también ampliarlo a los colectivos seculares, que conviven en la sociedad con los religiosos.

TEXTO DEL MANIFIESTO DE CÓRDOBA

Declaración por la Vida, la Paz, la Justicia y la Fraternidad

El Foro de Córdoba, “Del diálogo islamo-cristiano a la familia abrahámica”, en el que han participado diferentes personalidades religiosas, políticas e intelectuales de todos los continentes, recogiendo la mejor herencia patrimonial, espiritual y cultural de la figura simbólica del patriarca Abraham, desea manifestar en esta hora del mundo global lo siguiente:

1. Llamar a la responsabilidad personal y colectiva a favor de la vida, la paz y la justicia desde un renovado compromiso con la dignidad de toda persona humana desde el cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos.

2. El drama y la fe de Abraham nos hace ser conscientes de la vida como el bien más preciado, pero también de la fragilidad de la vida humana. Muchas son sus debilidades y desafíos, como el hambre y la enfermedad, pero la guerra es sin duda su lacra mayor y humanamente evitable.

3. Nuestra manifestación en favor de la paz implica la necesidad de resolver los conflictos mediante un nuevo orden internacional con leyes justas, que sean acatadas por todas las naciones, lo que implica que estas naciones respeten los derechos humanos de todos sus ciudadanos.

4. Por su vocación de universalidad, las religiones coinciden en su decidido compromiso en pro de la fraternidad y por ello deben dirigirse a cada uno de sus fieles y, en general, a todos los hombres y mujeres con un mensaje radical e inequívoco de respeto a la vida y a la paz, basándose en la dignidad de todos los seres humanos y en la justicia social que la garantice.

5. Apelamos así a la conciencia de una ética general, que propicie el diálogo entre personas, pueblos, creencias y culturas para los fines enunciados.

En Córdoba a 17 de junio de 2022